Todos necesitamos de un abrazo alguna vez

Publicado el 21/01/2024 por Fundación Hazloposible

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Los seres humanos somos la especie más social, y como tal, necesitamos dar y recibir muestras de afecto en nuestra vida cotidiana.

De esta forma, el ‘afecto’ no es más que la ayuda que necesitamos de los demás para sobrevivir. No se trata de algo que aparece y desaparece espontáneamente a medida que socializamos con personas diferentes, está ahí siempre y sus efectos dejan huella en nosotros.

Se trata de un elemento de carácter relacional, convirtiéndose en una interacción entre varias personas o seres, por lo que no es algo que dependa de uno mismo, sino que se encuentra ligado a la propia relación que tenemos con la persona o ser en cuestión.

Nos encontramos ante un elemento imprescindible para el ser humano, al punto de que su ausencia está vinculada a diversas patologías tales como la depresión, la sociopatía e incluso los trastornos de personalidad. A su vez, también predispone a enfermedades médicas o a que estas empeoren, así como a una menor tasa de supervivencia en algunos casos.

Cada 21 de enero se conmemora el Día Internacional del Abrazo, una fecha creada por Kevin Zaborney, un estadounidense al que le preocupaban las pocas muestras de afecto que realizan las personas en público, incluso con los miembros de su propia familia. El principal objetivo de este día radica en la creación de una festividad que brinde una excusa para hacer algo que a todos nos gusta, dar y recibir abrazos.

A raíz de la COVID-19, los abrazos se hicieron mucho más esquivos y complicados, sobre todo para las personas que no conviven con nosotros. Y es que el miedo al contagio, ligado a las recomendaciones de las autoridades sanitarias, redujeron los abrazos a la mínima expresión. Sin embargo, poco a poco hemos podido ir manifestando nuestro deseo de abrazar a nuestros seres queridos, familiares y amigos y recuperando esta costumbre tan sana que en gran medida se ha perdido.

Como es de esperar, el afecto positivo influye de forma beneficiosa en las personas, ya que se da un bienestar psicológico, y esa salud mental va a influir positivamente en nuestro estado de salud físico.

A su vez, va a fomentar unas relaciones sociales más satisfactorias, favoreciendo la confianza y la cooperación con los demás, así como la generosidad. Todo ello hará que nos comuniquemos más eficazmente, siendo capaces tanto de generar como de sentir más empatía, creando lazos y relaciones más profundas y estables.

Como se está viendo, el afecto tiene numerosos beneficios para nuestra salud. De esta forma, los abrazos pueden ayudarnos de diversas maneras:

• Nos ayudan a sentirnos seguros y confiados, aportándonos mayor seguridad.
• Nos provocan placer, y es que cada vez que abrazamos a alguien o nos abrazan, nuestro cerebro segrega dopamina y serotonina, dos sustancias que reducen el estrés y de forma conjunta proporcionan calma, sosiego y tranquilidad.
• Disminuye la presión arterial.
• Nos ayudan a centrarnos y mantenernos felices y funcionales.
• Cubren nuestras necesidades afectivas.

En la Plataforma de Acción Social del IESE estamos comprometidos y alineados con el ODS 3: Salud y bienestar, cuyo objetivo se centra en garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades, colaborando a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos en la ruta de la Agenda 2030.

No nos olvidemos de que todos hemos necesitado de un abrazo alguna vez, por ello, abracemos más y seremos más felices.